El contenido intimidatorio de las acciones, de los gestos,
de las palabras perduran en una sociedad que llega a quitar al individuo su
propia voz; requiere ser hablado por otros, se desarma y se mutila por el juego
asfixiante de la presión de un medio que no deja elegir el sentido de la vida.
Rezar de Noche, la obra de Dario Bonheur es el giro de ese
taladro en los sentidos.
La puesta de Adriana Garibaldi dota de una coreografía sobre
esa persistencia, de la tradición casi folklórica de un ambiente que oscurece
las voluntades y esquiva las responsabilidades con acusaciones caprichosas de
los que sostienen la historia, en el presente, en el pasado y con la certeza de
su reiteración futura. Toda la síntesis de luz y escenografía es hábil para
potenciar la expresividad de Rezar de Noche
Un elenco parejo: Victoria Páez, Victor Salvatore, José
Arrué, Alejandro Hener y Elena Acuña en esta danza abrumadora que nos señala,
ese malambo infame que nos sigue.
Fernando Iturrieta
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