sábado, 20 de abril de 2019

Poética de la crueldad de los niños (Por Luis Mazas)

Poética de la crueldad de los niños
TODOS LOS JUEGOS; EL JUEGO

Por Luis Mazas
(Teatrísimo/Radiozónica/CríticaPorCríticos)

MUY BUENA

Acoso escolar. En todo grupo de pibes hay uno / una, más débil. Los demás los “gastan” por “diferentes”. Tal vez sus características físicas, emocionales, no encajan en la media. Muy altos, muy bajos, excesivamente dóciles, volubles; se esfuerzan por ser admitidos, reconocidos, tenidos en cuenta. Se integrarán dificultosamente a un duro precio. Son esos; los tomados “de punto”. En “Rezar de noche”, Margarita es una niña así (como el gordo lento, que pierde una pierna). Lo que tienen en común los acosados, es que suelen mantener en secreto esa discriminación, que arrastran como el peso de un pecado. Una culpa por algo que hacen o no hacen, por lo que merecen ser tratados así. Todos hemos estado del lado bueno o del lado malo de la vereda. Fuimos víctimas o victimarios, inclusive, las cosas juntas, por ser acaso secuaces del castigo.
La dramaturgia de Darío Bonheur (“El próximo verano”), trabaja sobre este tópico. Y lo hace de un modo muy especial. Se agradece que lo poetice y no se lo tecnifique con sicologismos, sociologías vanas. El nombre de su estrategia dramática es el juego por el juego mismo y sus jugadores participantes. Daría la impresión de que el trabajo, que incluso lleva a alternar los roles entre los varones del equipo -en general los acosadores-, se desarrolle, crezca sobre el propio ejercicio y parezca alentarlo. En cualquier caso, Adriana Garibaldi, directora y puestista sensible, pone los tantos en movimiento, y dinamiza el resultado con la complicidad de una rítmica coreografía (de David Pundan), que apuntala la misma propuesta por el camino lúdico. Víctor Salvatore, José Arrué, Alejandro Hener, Elena Acuña, se prodigan en la tarea de traer desde sus experiencias de infancia, rasgos que plasman con sensibilidad; buen compromiso físico y emocional. Con Luis Eduardo Martínez como manipulador, el espacio fluido, abierto, multifuncional, facilita los cambios y transiciones, que proponen Félix Padrón y Aquiles Gotelli. Un párrafo aparte para la protagonista –Margarita-, vivida con seductora convicción por Victoria Páez, creando una criatura frágil, niña y adolescente, tierna, sugestionable, desconcertada; adorable por la íntima vulnerabilidad que le confiere la actriz, modelada con delicada expresión, mesurada forma. Contrasta, “dialoga” con ella y con nosotros, la niña feliz encerrada en el video blanco y negro. Ella desde el antes, le replica a la desolación de la amable chica diferente (da a pensar que los adultos, los padres, apenas sospechamos los desgarros en el tejido emocional de nuestros hijos). Envuelve el conjunto, sugiere, acompaña, la música original de Gustavo Popi Spatooco.
”Rezar de noche” es una bella propuesta del under, de esas que, si no ponemos atención en descubrir, se nos escaparía entre la nutrida propuesta de la cartelera. Puedo asegurarles que sería una verdadera lástima.

REZAR DE NOCHE
De Darío Bonheur. Dirección: Adriana Garibaldi. Intérpretes: Victoria Páez, Víctor Salvatore, José Arrué, Alejandro Hener, Elena Acuña; Luis Eduardo Martínez (manipulador). Espacio e iluminación: Félix Padrón, Aquiles Gotelli. Visuales: Leticia Barbitta. Música original: Gustavo Popi Spatooco. Coreografía: David Pundan. El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960; Caba). Lunes a las 21hs.

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